sábado, 9 de enero de 2016

BURBUJAS DE LUZ


Esto podría empezar así. Querido Diario, te he abandonado por un tiempo, pero acá estoy otra vez, con mis fuerzas renovadas,
Pero no, mejor no, en realidad tendría que empezar con...me iba a poner a limpiar, después de llevar a mis nietos a su casa y pasar por la de mi otro hijo a sacar al perro y cerrar las ventanas, pero ocurre que mientras cerraba las persianas, se me paso una frase idiota que había leído en facebook, así porque sí, porque a la puta frase se le antojó, y eso me dejo pensando, en tantas cosas, en tantas vidas, en tantos momentos, los que pasaron hace mil quinientos años, los que pasaron hace un ratito.
Pensaba en mis días en Buenos Aires, que corrieron veloces, hasta deshacerse como finos cúbitos de hielo a medio congelar, pensaba  en todas las emociones concentradas como flashes, que enceguecen, que dejan los ojos rojos, como fumados, momentos que arremeten con la fuerza de una ginebra en ayunas.
La presentación del libro en mi Wilde Natal, una tormenta, un huracán imposible de relatar, un club de barrio llamado Sicilia BEDDA, (Sicilia Bella en dialecto) con todos los aditamentos para filmar la segunda parte de Luna de Avellaneda y la esencia  de Cinema Paradiso, para vivir un momento como ese, para poder bailar con mi mamá en su silla de ruedas, mientras mi hermana y nuestra hermana-amiga de la infancia le agarraban las manos y la ayudan a girar, no hay forma de relatarlo, no podría tener subtítulos, ni se entendería en ningún idioma que no fuera el mio, el argentino.
Pero si soy absolutamente consciente, y lo entendí recién cuando cerraba las persianas de la casa de mi hijo, que para vivir esos momentos hay que generarlos, hay que trabajar duro y parejo, hay que forjar ese sueño en tu cabeza y hacerlo realidad, hay que buscar el modo, cerrar los ojos, soñar y accionar, en el medio de las batallas diarias, en el medio de la estupidez humana, del abandono, de las contiendas políticas, de la ingratitud, de la incertidumbre, en el medio de la precariedad económica y la desabrida rutina, hay que imaginarse que las cosas pueden ser distintas y procurarlas, y entonces aparecen personas increíbles, personas que no viste en tu vida, pero que se acercan, te sorprenden, personas que han estado ahí siempre y que reafirman que  para tener buena gente cerca, hay que trabajar duro, hay que soñarlo, hay que atesorarlo.
Nunca es fácil, hay que ensuciarse las manos, hay que meter los pies en el barro, hay que exponerse, estar dispuesto a que muchas personas que creías cercanas te desilusionen, te dejen tirado, hay que estar preparado para que te tienda una mano justo aquél con el que no contabas y habías pre-juzgado airosamente.
Hay que estar preparado para exponerse, para quedarse en pelotas, para que todos crean tener el derecho a opinar, a decirte como deberías haber hecho las cosas, a dejar el corazón y la sangre en cada entrega.
Para poder encontrarte con una amiga, con tu amiga, con esa persona por la que darías un riñón o un brazo o parte de tu hígado sin pensarlo ni un segundo, y caminar juntas unas cuadras, atravesadas por la muerte, la muerte puta de su compañero de vida, y hacerla reír, hacerla reír , sabiendo que en minutos entrarás en una casa donde él no está, donde él se fue para siempre, él que era su marido, pero también era tu amigo, un amigo que alguna vez en medio de una borrachera feroz, dijo "la verdad que Delfina , (su hija, mi ahijada) tiene mucha suerte de tener una madrina como vos", él, ese hombre parco y de palabras acotadas,él que no regalaba ningún sentimiento, dijo eso, y ahora no estaba. Digo que para poder hacer reír a esa amiga, tenés que romperte primero en mil pedazos, tenes que juntarte y pegarte con la gotita mientras vas en el bondi, y tenes que encerrarte a llorar en el baño, cuando subís y el no está.  Pero, también podes, evitarlo, podes protegerte, podes tener otras cosas que hacer y así cuidás  tu corazón para que dure, sí, para eso para que dure mucho mucho, intacto como una roca.
Yo no tengo idea que es la felicidad, creo que no hay una definición, porque básicamente aquello que anhelamos, deseamos e imaginamos, finalmente cuando llega, (siempre llega) dependerá de tantas cosas, será tan finito, tan real, tan instantáneo, que en general no tiene nada de mágico, también estará atada , esta,  tan ansiada felicidad a lo que hemos estado dispuestos a hacer para conseguirlo, a lo que dejamos en el camino y fundamentalmente a quienes estén a nuestro lado en esos momentos que perseguimos como burbujas de inmensa felicidad.
Para mí es como abrir y cerrar persianas, o mejor como encender las luces, muchas luces, y que todo se pueda ver bello, afable, luminoso, seguro! Las luces, son las vidas de los que amamos, son los seres que nos iluminan, los que hacen que nuestra felicidad, chiquita, efímera, difusa, sea posible. Con cada luz que se apaga, que se rompe, que ya no funciona, se nos va un poco de luz interior, se oscurece el alma, ya nunca más sentiremos que el ambiente es diáfano y menos que menos seguro.
Quizás la única opción posible sea, abrir persianas, dejar que entre la luz, y ser conscientes de esa lamparita que no enciende, dejarla ahí, mirarla de vez en cuando y trabajar, trabajar duro y parejo para fomentar pequeños momentos felices, quizás como estos que pueden ver en este vídeo, donde los entrañables de siempre unidos a  los inesperados afectos que supimos conseguir y alimentar, dicen presente, y con su propio brillo ponen luz, por un breve espacio de tiempo en las lamparitas quemadas.
LA Frase que se cruzó hoy en mi cabeza, decía algo así.
"SI TU FELICIDAD, DEPENDE DE LOS DE MÁS, NO ES TUYA"
(no la estoy juzgando, hay miles de frases hechas por ahí, solo que, se me cruzó así por la cabeza, sin motivo alguno, mientras cerraba algunas persianas)



https://youtu.be/hY9lxemD8pk