sábado, 28 de octubre de 2023

Intensamente

 He peleado y ganado, cientos de batallas.

He doblado las aspas de los molinos, cuando 

no había viento y logré que giren.

He atravesado la barrera del tiempo, convenciendo

al reloj para que sus agujas se muevan a mi favor.

He acunado y mecido, mi desaliento, hasta convertirlo

en mi fuerza y mi alimento.

He gritado, he llorado, en ese desierto inmenso de

la soledad existencial y absoluta, viendo como se

caía  el muro de hierro de mi inventada fortaleza.

He superado todos los limites de la lógica , la

apariencia y la vergüenza.

Me cuesta mucho recordar cuántas veces me he caído

y me he vuelto a levantar..

Pero no he conseguido ni por un segundo

acallar mi mente. Lo he intentado de todas

las formas humanamente posibles.

Más cuando llega la noche, que hago tardar

hasta que casi se junta con el día,  ella esta ahí

lúcida, agresiva, da vueltas en redondo, hace

tremendas piruetas, me enfrenta y se revela y

no hace el menor esfuerzo por quedarse quieta.

Y yo le digo que BASTA, que ya está bien

que se relaje de una puta vez!

que me deje en paz, que se apiade de mí 

ahora que estoy adentro de la temida vejez.

Entonces se ríe cínica y sarcástica ,me ataca

con munición pesada y me susurra al oído

con voz ronca color vino, que si quiero que

se calle no le de más de comer.




viernes, 20 de octubre de 2023

VIVIR PARA VIVIR

 Y si hay que sufrir se sufre, y si hay que llorar se llora

Pero nunca ante la leche derramada.

Se sufre intentándolo todo, se llora por lo perdido

Pero nunca por la inacción 

o la falta de intención.

Y si hay que gritar se grita, y si hay que insistir

se insiste.

Pero nunca darse por vencido.

Y si la causa lo amerita y si el corazón

lo pide, se hace posible lo imposible.

Pero nunca, nunca hay que aceptar que la

opción es replegarse.

Ni dejar que te bajen el precio a tu arrojo

ni permitir el disparate  del desplante gratuito.

Y si hay que sanar se sana

y si hay algo que salvar, se salva.

Pero nunca hay que pactar con el que no hace

y que este sane, a nuestra costa en la mentira.

Y si hay que dejar la piel, la sangre y los sentidos

se deja, que a eso hemos venido.

A vivir lo bien vivido, a sufrir por lo perdido.

Pero nunca a dejar pasar la oportunidad de

sentirse renacido.

Que ya para eso esta el que nada puede

nada hace y todo lo toma y jamás probará

la voluptuosidad  de sentirse agradecido.



sábado, 7 de octubre de 2023

CORRECCIONES SOBRE EL AMOR

 Había una vez, dos que se miraron y se enamoraron.

Vivieron una intensa historia de amor.

No pudo ser.

Se despidieron y en ese abrazo intercambiaron sus corazones.

Alguien espero bajo la lluvia.

Alguien escribió sobre la arena.

No entendían porque no podían sacarse de adentro.

No sabían del intercambio en el abrazo.

Un día decidieron que  ya era tiempo de saber.

Todavía no pudieron abrazarse y recuperar sus propias palpitaciones.

Cuando lo hagan, latirán al unísono.

Pero no habrá intercambio.

Porque había una vez, y sigue habiendo, pero es otra vez.......

Y hubo encuentro, y el intercambio fue inevitable.

Alguien recuperó su corazón, frio, egoísta, indolente, cobarde

y negador, aunque lo sintió raro, galopàba a destiempo,

pasional y violento, había cambiado visiblemente al estar

en otro cuerpo,  y se dedico a ajustarlo, aquí y allá

para que vuelva a su estado material.

Alguien sintió la fuerza de su corazón adolescente, latiendo

de nuevo dentro de su cuerpo, valiente, arriesgado, dispuesto

a todo, por este intercambio tan anhelado.

Alguien pregunto en ese encuentro, si te concedieran un solo

deseo en este momento, el que sea, que pedirías?..y el corazón 

material recién recuperado, contestó , GANARME LA LOTERÍA!!

Alguien supo, que hubo solo una vez, y que estos corazones

jamás podrían latir al unisimo, y que el corazón de piedra

terminaría por hacer trizas al de cristal.

FIN.



domingo, 1 de octubre de 2023

Planes para mañana.

 Parece que no hay forma ni manera

de que el ser humano, medio, lineal,

construido a medida en forma milenaria

desde los bastos cimientos de la

religión y el poder, logre de algún modo

simple y sencillo, reconocer el valor de

la vida.

Hemos venido a morir, lo sabemos, 

es la única certeza que tenemos, a partir

del razonamiento lógico y adulto.

Porque un niño adolece de esa constancia

y por eso pasa los primeros años de su existencia

 como un suicida, como un demente sin

consciencia, que no escatima, en demanda, casi

 malvada y osadía, desconociendo el peligro

y descubriendo todo a fuerza de caídas.

Ellos son como nosotros fuimos, y solo son 

vulnerables al desamor, a la indiferencia y más

aún a la sobreprotección.

Esa que los adultos instalamos en forma vertical,

por  su felicidad y la nuestra, sin tener en cuenta

que el niño es feliz, inmensamente feliz, aún con las rodillas 

rotas y 10 puntos de sutura , con juguetes por doquier

o una caja de cartón  llena de ollas y espumaderas,

inventando una canción.

Y gritan y patalean  en busca de nuestra atención,

para que los llevemos a la plaza aunque llueva a cántaros,

y nos metamos con ellos en los charcos, hasta que salga el sol,

Y nosotros, pobre de nosotros, que conscientes de la muerte

tan presente, tan cercana, disfrazamos con paraguas, capas

botas y horarios para todo y para nada,  nuestros miedos

más profundos de que se rompan, y seguimos insistiendo en

 construir niños como

si fueran muros, duros y grises, que actúen   como nosotros

que se les agote la sonrisa del hoy, y piensen   en el futuro,

temerosos de arriesgar , y dejando todo lo bueno  y divertido,

para ese mañana , que ni siquiera sabemos si va a llegar.