lunes, 6 de marzo de 2023

NO TAN BUENOS AIRES

 Para amar Buenos Aires, hace falta estar loco mal, hace falta alejarte lo

suficiente para verla mejor, como una obra de arte, para palparla desde

dentro , no se puede hacerlo a medias, hay que padecerla y saborearla

hay que amar cada uno de sus rincones desiguales , donde no hay

calle que pase desapercibida. ni un olor que no identifique.

Vertiginosa y cosmopolita, cambia de identidad en cada avenida.

Buenos Aires te traspasa, te conmueve, de día te traga, de noche

te abduce y en el medio te marea. En Buenos Aires no podés bajar

la guardia, te empujan, te roban, te miden, te incomodan los que piden

los que venden, los que discuten a voz en cuello, mientras caminas

subyugado por los coloridos puestos de diarios, las librerías, la cultura

que brota tan Argentina, los rastros de Borges, Cortazar y Bioy Casares, 

 Sacheri, la Piñeyro , Evita o Maradona, el Che y Messi que no

importa de donde son, están tatuados en la piel de cada porteño.

Los amores que mueren sin haber nacido, en un viaje de ida en un colectivo,

el calor que derrite, la luz que se corta y la teoría del todo, para todo.

Las nuevas costumbres y los viejos hábitos , la miseria extrema codo a codo

con la oligarquía , la grieta eterna, la antigua mentira de creer que allá es

mejor, que no somos nosotros las que la hacemos de goma, que son los

otros, siempre los otros.

Y todo es un barrio de veredas desparejas y asesinas, gastadas de tanto

baldearlas todas las mañanas, y de kioscos por todas partes, donde te

venden cigarros, sanguches, leche, sal de fruta y hasta zapatos.

Las luces y sombras, que la dejan al descubierto, como esas discotecas

vista a la luz del día, desnuda o vestida, vibra bajos los pies, y todo es

tan caro y tan al alcance, la gente que ayuda para que uno descanse, aún

distraída y la amplitud de calles eternas, que no tienen salida.

Los trenes, los bondis, los subtes y los taxis girando, el cielo que 

asoma como una bandera entre los edificios y en el medio el obelisco,

estoico y fálico contando historias de odio y olvido.

Única, majestuosa, insinuante, incorregible, desmedida, tóxica y

generosa, vivirla duele, perderla mata.