El, le dijo cuando se reencontraron, hoy es el día más feliz de mi vida
Ella dijo, y también de la mía.
El dijo, por vos mato, sin vos muero.
Ella dijo, por favor, no mates ni mueras.
El dijo, yo te amo más.
Ella dijo, imposible.
El prometió y juro en vano y no cumplió
Ella lo creyó debíl y se proclamó intensa.
El empezó a mentir sin piedad
Ella atacó con brutal honestidad.
El le temía a la verdad y a su memoria voraz
Ella cambió su poesía amorosa, por verborragia mordaz
El se proclamó su dueño, en las sombras y al calor de su hogar.
Ella que lo amaba, convirtió su casa vacía de él , en un altar.
El no dejaba un hueco de la vida de ella sin hurgar.
Ella lo dejo hacer, cada vez mas sarcástica y con
la boca llena de hiel.
El la culpo por su impotencia y su cobardía
repitiendo que tanto la quería.
Ella se fue quedando vacía , seca, dolida.
El la abadono todos los días
con justificación y excusas tardías.
Ella aún así , creyó que quizás se podía.
El no quería, ni realidad ni fantasía y gritaba a voz en cuello
que ella nunca lo entendería.
El sacó a relucir todas sus manías remanidas
y asestó el golpe final, diciendo que era INNECESARIO
hacer algo por ella, sin piedad y sin ninguna empatía.
Ella atesoró lastimosamente esa palabra, y finalmente
entendió que era solo INNECESARIA, en la vida de
él, porque su luz, encandilaba su pobre vida vacía.
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