martes, 2 de octubre de 2018

TODO SOBRE MI MADRE (1928-2018)


Escribe Kety Mangione
post. K. M. 02/10/2018


Te fuiste, vos mi última guerrera, y te llevaste con vos mi alma indómita, que solo podía ser autentica con vos, te fuiste reina, como siempre, cuando quisiste, cuando dijiste basta, cuando ya nada era digno, vos tan coqueta, con tus medias negras de raya impecable y tus tacos de infarto, llevando con altura el sobre peso, vos y tus labios rojos como sangre fresca, vos y tus manos de oro, vos y tu perfeccionismo, vos y tu exigencia imposible de satisfacer, vos y tu lengua sin filtro, dándome con un canto en los dientes, matándonos con las palabras, dañandonos con y sin motivo, vos que yo no podía vivir sin vos, que de tan ausente eras presencia constante, despierta o dormida eras la dueña del lugar, vos enamorada de Atilio Marenilli hasta el delirio, vos queriendo tener un hijo varón que te lleve del hombro, como Caludio Lebrino a Perla Santalla, en un mundo de 20 asientos, vos y tu pasión por las mujeres, tus no quiero películas de guerra, y bajen esa música, vos y mis amigas que te amaban, vos hablando de amor y de desilusión, de libertad y de no ser sometidas, vos que tu suegra te dijo allá por 1948 que si no estaba terminada la cómoda no había casamiento, y la cómoda estuvo lista, pero vos no, le dijiste a tu marido, mi papá, ahí tenés la cómoda, acostate con ella, olé tus cojones, vos tan arisca, tan parca, tan dura, vos que convertías cualquier trapo en ropa fina y cualquier alimento en un manjar, vos y tu mano larga, tu imposibilidad de ser feliz, tu mente brillante, tu memoria lapidaría, vos y yo siempre peleando, siempre dandónos golpes bajos, vos y yo nuestras peleas siempre a diez rounds y nunca tirar la toalla, vos con tu hija mayor , mi hermana, en aquella foto en 1953 con una cintura de 55 cm y un pelo de artista, vos y tu depresión, las anfetas allá por los setenta, querías ser como Beatriz Taibo para que Atilio se enamore de vos.
Vos toda presencia, toda contundencia, tozuda, caprichosa, carismática, vos negándolo todo, con tu autoestima por las nubes, vos y yo peleando, discutiendo, siempre peleando siempre discutiendo, y yo siempre pendiente de vos, vos mi último bastión, estos últimos 16 años, fuimos como los amantes despechados, yo con la culpa de dejarte, vos sin perdonarme que te deje, y así fuimos nuestro cable a tierra, con vos siempre pude ser yo y vos siempre fuiste vos, yo te decía de frente lo mismo que decía de vos cuando no estabas, nuestras palabras eran cuchillos afilados, las dos sabíamos donde golpear, y eso es juego limpio, las dos sabíamos cuando parar y las dos sabíamos como seguir, vos una reina que vaya a saber porque entregaste tu corona, vos tan coqueta, tan elegante, tan prolija, entregaste tu traje y dejaste que te vistan y te desvistan, bajaste los brazos y dejaste que manejen tu reino, vos que pensaste que la cabeza siempre le ganaría al corazón, vos que dejaste que te vieran vencida, desnuda, desvalida, vos que ni aún así entregabas las armas, vos que nunca me sacabas la bandera blanca, vos que pedías retruco y yo que decía quiero.
Vos al lado de la radio escuchando a los Perez Garcia, vos llevándonos al cine el día de damas a ver tres pelis de Lolita Torres, con sanguches de salame, galletitas surtidas y botellas de granadina, vos almidonando los guardapolvos blancos como nubes, vos haciendo las tortas de cumpleaños de todo el barrio, vos y tus manos de oro bordando como un ángel, impiadosa, lapidaría, egoísta, soñadora, vos eclipsando todo espacio, perspicaz, intuitiva, vos leyendo el pensamiento, vos disimulando cuando iba los domingos a comer llena de moretones, vos diciendo el casado casa quiere, vos preguntándome que es un orgasmo, vos contándome tus miedos, tus necesidades, tus historias con ese primer amor que no te dejaron tener, vos y tus sueños, hasta el final, querías aprender a manejar, querías un celular, querías una computadora, vos y tu abandono final, la cabeza tan lucida te jugo una mala pasada.
Vos y tus preguntas impertinentes, tus, solo dije media palabra, vos y tus elogios, tu mente brillante, tu convicción ante todas las cosas (quién pudiera) tan entregada como manipuladora, generosa a pesar de todo, aunque astuta para esperar algo a cambio, vos mamá, vos mi mundo, mi ejemplo de todo lo que no quiero, pero mi referencia de todo lo que quiero, vos que ahora sé que fuiste el amor de mi vida, que nos enfrentamos de igual a igual, que mis ojos siempre vieron por los tuyos, y que mi vida ha tenido sentido siendo tu hija, vos que mis amigas adoran, y mis novios y mis amantes, todos, porque todo pasaba por vos, todo pasaba en tu casa, vos que le decías a mis hombres, vos estas más gordo, a vos se te esta cayendo el pelo, vos que me decías estas más gorda, vos que me decías que siempre estaba linda, y siempre peleando, siempre discutiendo, vos y yo perdiendo tanto tiempo en contiendas estériles, porque ninguna de las dos cambiaría, vos y yo tan distintas, tan iguales. Mi reina, eso fuiste para mí, y mi enojo fue porque entregaste tu corona y dejaste que manejaran tu reino a cambio de unas cuantas monedas de vida.
Te fuiste, vos mi última guerrera, con la cuál podía confrontar de igual a igual, sin miedo a que eso nos separe, sin escatimar en sinceridad, las dos a pelo, sin red, las dos parcas para buscar ayuda terapéutica, nos matamos y nos dimos respiración boca a boca.
Vos que aunque hayas resignado tu trono y tu corona, te mantuviste reina, hasta el último suspiro y yo que sigo acá tomando coraje y viendo con quién voy a volver a ser tan autentica como lo fui con vos, amor de mi vida.