domingo, 27 de noviembre de 2022

LLUVIA SUSPENDIDA

 Microrelato de Kety Mangione

Del libro Escritores del Alba (año 2016)

La escarcha parecía pintada,

las gotas de lluvia habían quedado suspendidas,

en pausa,

Haciendo equilibrio entre las hojas y los

hilos de alambre  que cercaban 

el modesto jardín.

Un sol tímido, apenas tibio, cobarde

asomaba en el horizonte

para crear otro amanecer.

Nosotros, los dos, los que nos 

estábamos maltratando de amor,

cerramos las persianas

y seguimos soñando que no amanecía

y que aún nos amábamos, holgazanes 

para luchar o admitirlo,

nos negábamos a caer

igual que las gotas de lluvia.

domingo, 20 de noviembre de 2022

Los Zapatos rojos

 

LOS ZAPATOS ROJOS

Relato.

Kety Mangione  20.11.2022

Todos los días, pasaba por aquella tienda y miraba embelesada

Esos zapatos rojos, con tacones de infarto, que no se podía  permitir.

Soñaba cada noche con ellos, hasta convertir esos sueños en pesadillas,

donde a punto de tenerlos, los zapatos se evaporaban.

Hasta que un día, en su obligado paseo para verlos, un cartel de LIQUIDACIÓN,

Le iluminó la mirada.

Y entonces, entró, pletórica, decidida. Pero con gran decepción comprobó que

Su número no aparecía. Estuvo a punto de romper en llanto.

El vendedor que la observaba, acudió atento y sensible a su rescate, y

Desapareció por un momento, para volver con la caja anhelada.

Argumentó con empatía, que alguien los había señado,  pero nunca los

Había retirado, que si los quería eran suyos a precio de saldo.

No se lo pensó dos veces, dijo sí sí, y se abrazo a sus amados zapatos.

No podía creer que alguien hubiese renunciado a tamaño tesoro.

Pero los rojos y hermosos zapatos, no tardaron en sacarle ampollas,

Una que otra, y los altos tacones no dejaron de provocarle dolor

En los músculos y en la columna.

Más ella insistía,  una

 curita, una aspirina reparadora, y unos masajes

Nocturnos, eran suficientes para usarlos una vez más.

Aunque se seguía preguntando, porque su legitima dueña, no los

Había querido, porque los habría abandonado.

Se obsesionó con ella, fantaseaba con su cara, con su vida.

Nunca supo que esa mujer, fue a buscarlos, y que el mismo vendedor

La engañó con grandes argumentos, se disculpó una y mil veces,

Compensándola  con creces, y no le hablo jamás de aquella chica sensible

Y vulnerable, que se había enamorado de tan irresistible calzado.

Le costó aceptar que esos zapatos, aunque de su talla y a su

Alcance,  por una vez! Nunca le habían pertenecido.

Y dejo de usarlos, pero nunca dejo de amarlos.

 

lunes, 14 de noviembre de 2022

SOLA CON TU OLVIDO

 MICRORELATO, DEL LIBRO INSPIRACIONES NOCTURNAS.

Tomé tu mano, sabía que sería 

la ultima vez,

Esa noche con un cielo pleno de

estrellas, y una desmesurada luna,

yo tomè tu mano, áspera, ajada con 

manchas e infinitas arrugas,

que dibujaban junto a tus venas azulinas

un mapa de ríos

Vos no sabías que era yo, no sabías nada,

estabas perdidamente feliz en tu olvido.

No sé que dolor fue más fuerte,

si tu partida vacía de vos,

ó tu amnesia total de mí.

martes, 8 de noviembre de 2022

LA DANZA INCONCLUSA

 Dos danzadores a escena. El avanza

da dos pasos y,

temiendo su fracaso, retrocede y da

la vuelta.

Ella espera sin respuesta, con la 

mejilla de un lado, y ese beso

tan deseado,

nunca traspasa la puerta.

Al encontrar esa ausencia, despliega hacia

él su encanto y así danza tras sus pasos,

apoyada de puntillas .

Pero al ver que no la alcanza

y agotada ya sus fuerzas

se quita las zapatillas, la suave

música cesa.

Y en las noches de tormenta, 

los dos, siempre separados,

sueñan estar abrazados 

mientras el telón se cierra.

martes, 1 de noviembre de 2022

 

ABRAZO NOCTURNO

Puedo sentir el cálido abrazo

De una noche desnuda, como

Aquellas que se resguardan en

Los versos y en la luna.

La misma que alberga tantos

Secretos, machacados, imperfectos

Y se erige, como guardiana de los sueños.

Esa misma que aúlla a escondidas

Entre nostalgias de color carmesí

Dándole sentido a estas horas

Que parecen muertas, y sin embargo

Provocan un revivir en mí.

Tú eres centinela de los astros

Que unen fantasía y realidad,

Inspirándome unos delirios,

Que hacen de mi insomnio cruel

Y repetido

Un  bálsamo dulce, con aroma

A canela

Que despierta todo eso

que mi alma rota, tanto anhela.

sábado, 15 de octubre de 2022

LOS RESTOS DEL DESAMOR.

 

Y  acá estamos, vos ofendido, gris, aburrido

Por todo lo que no pudiste

Y yo jodida porque busque

Flores en un jardín extinguido..

Hay algo bello en la decepción

Algo potente, que te agita y

Te levanta

Y te acomoda el corazón.

Pasar de buscar la forma

Aceptando todas, cúbicas o convexas,

Redondas o cuadradas, hasta admitir que

En todas y cada una tu esencia  está desarmada..

Porque hay también,  algo de sórdido y complejo

En la posesión,  que cuando se desprende

Como una piel al sol, ya no duele

Solo incita a quitarla a girones

Con placer y tentación.

No hay más claridad, que en el momento

Más oscuro, esos veintiún gramos que evapora

El alma del cuerpo y liberan el odio visceral

De tanto desconcierto.

Hay en el final del desamor

Tóxico y violento,

Antes  disfrazado de mágico y sagrado

Que nos despierta de golpe y nos

Inunda de esplendor.

Y es ahí, justo ahí

Cuando después de pedir aquello que no llega

Nos armamos de nuevo con arena y cera.

Entonces aflora  la rabia infinita, el rencor y

Y las palabras de hiel, jamás dichas en alta voz.

Allí hay que parar, en seco, y gritar

Fuerte un perdón a uno mismo, porque no

Merecemos  ser solo esto.

Y tenemos que matar al otro

Matarlo dentro nuestro, tratando de rescatar

Un solo  momento, donde hayamos sentido,

Con todos los sentidos, que valió la pena

Tanto desencuentro.

lunes, 26 de septiembre de 2022

TUS PIEDRAS Y MIS ALAS.

 

El Problema no es tropezar

Con la misma piedra.

Por el contrario, habla de ti

Y de tu capacidad para convertirla en hierba.

El problema no son aquellos que te señalan

¡Lo has vuelto a hacer! Tenías que protegerte!

Ser más desconfiada.

El problema no es atreverte

Aún sabiendo que vas a salir dañada,

Ni prevenirte, ni adentrarte en el bosque

Sin rumbo hasta perderte.

El problema no eres tú ni tu locura, ni tu pasión

Ni tu intensidad brutal, tampoco tu forma

Visceral y descarnada.

El problema no es andar descosida

Y  tarambana.

Y vivir pegándote y despegándote

Las alas.

Ni andar con el alma de pronto

Alterada y más tarde desgarrada.

No es ese el problema, porque las alas

Se pegan y se despegan.

Ni es la locura eterna, que nos

Eleva y desciende, del todo a la nada.

Ni la intensidad.

Ni la honestidad.

Ni andar desnuda, contando estrellas

De madrugada.

Ni entregarte entera, ni emparchar tu corazón

Para que no muera de pena.

El problema es : Los que no se animan y juegan

Con tu falsa valentía, la usan, la estiran,

Se suben a tu desmesura, para luego dejarte vacía.

Y ese problema, como la muerte,

No tiene solución, ya que el que nace sin alma,

Sin alas, sin pasión y sin locura, tomará todo de ti

Por el poder que le has dado, hasta que te haga

Creer que te has equivocado.

Es entonces cuando debes

Caminar de espaldas,

Hasta que sientas que te han vuelto

A crecer las alas.

viernes, 16 de septiembre de 2022

LA FALTA QUE HACÉS.

 Escribe Kety Mangione.

16.09.2022


No es el día de tu cumpleaños,

Ni el del aniversario de tu partida.

Y también los es, claro

Porque en esos días se agranda la herida.

No es cuando estoy triste

Ni tampoco cuando estoy contenta

Es solo un instante fugaz

Que aparece y arremete como una tormenta.

Solo es ese cajón, el tercero

Que está lleno de cachivaches

Que atesoro sin sentido, como vos lo hacías

Y de repente un botón negro perdido en el fondo

Me da un golpe certero.

Un carretel de hilo vacio

Una aguja colchonera

Una pinza oxidada junto a una bolsita plateada

Que no tiene ni sentido.

Es cuando pico cebolla

Y ají para el estofado, y tu perfume

Me llega, y la mirada se ciega

Como observando largo tiempo  una estrella

Es cuando me encuentro

En la mitad de la nada

Y se que estoy perdida

Porque me falta tu mirada.

No es ni un día

Ni una hora en particular

Es cuando me ahogo y se

Que no me tengo que olvidar de respirar.

No es hoy, ni fue ayer,

Ni será mañana.

Es solo que extraño horrores escuchar tu voz

Y decirte, te quiero Mamá.

lunes, 29 de agosto de 2022

NADA PARA TODO.

 

Escribe Kety Mangione.

29.08.2022 



Y de pronto la sombra de tu nada,

ensombreció  mi todo.

Como esas tardes de fines de verano,

que oscurecen de repente, sin aviso y nos

aniquilan el tiempo vivo y lo convierten en tiempo perdido.

Donde están esos rayos de sol rojos, enfurecidos, que tiñen

hasta  las aguas del Nilo, con destellos misteriosos?, no están,

se  han ido, como tu nada y mi hastío.

Porque siempre es así que sucede, de pronto, aunque tardío,

porque  tu sombra ya era visible.  Nada hay más palpable

que  la nada agigantada, sobre un todo empobrecido.

Y mi todo no alcanzó, no fue suficiente, como no lo fueron las

luces   que deje encendidas, una por una en cada esquina,

de  tu nada ensombrecida.

Y no te preocupes

Ni tu nada es eterna

Ni mi todo perpetuo

Todo se desmesura entre las sombras

Haciendo que la nada misma, se vuelva todo

y  recupere su forma con las sombras de un todo

Que no alcanzó para nada.

sábado, 2 de julio de 2022



A NUESTRO QUERIDO JONATHAN. in memorian
3ra. edición








Todo está guardado en la memoria.
Reedición y adaptación del relato (Amigos son los amigos, del libro Agua en Marte)



La ultima vez que pase un día del amigo en Buenos Aires, fue hace 20 años, lo escribo y me recorre un frio helado por todo el cuerpo, aunque la temperatura ambiente debe ser en estos momentos de unos 32 grados, y también fue la última vez que
que me puse un pullover de cuello alto en julio, Mis nietos no existían , y mi hijo mayor , hacia ya unos meses que estaba en España, el cuadro digno de un cuento de Dickens se completaba con mi perro Jonathan, un salchicha hinchapelotas que se había quedado paralitico 4
años antes, pero como era un digno integrante de nuestra desmesurada familia, no se rendía con facilidad, y andaba como loco con sus dos patas  delanteras y hasta se animaba con las escaleras si intentábamos dejarlo arriba  o abajo sin su consentimiento. Pero esa semana de julio, no empezó bien tenia la mirada perdida, se pasaba horas mirando la puerta de entrada y únicamente agudizaba sus sentidos o levantaba las orejas cuando veía encenderse la luz  del pasillo en los horarios que solía llegar mi hijo mayor  a casa, a quién extrañaba horrores.. Casi no comía y nos miraba (a mi hijo menor y a mí) con una tristeza enorme, tenia los ojos como empañados y una expresión de cansancio que nos partía el alma, yo solía decirle- No das más no? ..
EL  20 de Julio, el día del amigo, envuelto en gruesas frazadas y con las estufas al ladito dijo Basta, le faltaban 9 días para cumplir 14 años y todo ese tiempo había sido nuestro y nos había manejado a su antojo. Era un perro piola, jodido, tenia carácter y estaba tan loco como nosotros, era calentón, celoso, pajero, no obedecía ordenes de ningún tipo, hacía sus necesidades en cualquier parte, menos en la calle obviamente,
Ó sea , un fenómeno. Ese día era el final de muchas cosas, pero yo no lo sabia, tampoco
lo sabia mi amiga del alma,  que  sabiendo que toda mi atención estaba puesta en él y no habría oportunidad de copetear a gusto, (como en otros tiempos, cuando nos metíamos en el restó, Parrilla Rosa y salíamos tambaleando los tacos por el empedrado de Recoleta, mareadas
de sangría y parando cada media cuadra porque era imposible caminar dobladas de risa) decía, quiso darme una sorpresa pasando por la oficina, pero no pudo ser,  yo ya estaba en casa, con el pobre salchichón que agonizaba sin remedio.  Esa noche, cuando se relajo y se dejo llevar ya exhausto , lo hizo entre amigos y fueron ellos los que los que tomaron las riendas cuando nosotros no reaccionábamos y así llegamos a la medianoche a mi casa natal,  para enterrar a nuestro querido Jhoni, bajo la añosa higuera de mi infancia.
Al día siguiente ya no éramos los mismos, nunca más seriamos los mismos , no hubo revancha, unos meses después estábamos en España empezando de Cero, como muchas otras veces, pero lejos muy lejos de nuestros amigos.

Mi parte del trato.

 

No quiero volverme masa.

No quiero ser inducida en mis pensamientos.

Transito la última parte de una vida intensa e interesante.

Creo que hay cosas que no podemos ver, pero suceden.

Veo cosas que suceden que no se pueden demostrar.

No me interesa pertenecer a ningún sector ni bando.

Nadie me convence de nada, solo que a veces,

no discuto más, me reservo el sagrado derecho de callar a tiempo.

No tengo ninguna certeza, ni una sola, todo es cuestionable.

Disfruto de mi tiempo de soledad , y de los ratos en

compañía inundados de bullicio y  confusión

No me adapto nunca, aunque todos los días repita una amarga

rutina, siempre me tira de sisa o me queda ancho de mangas.

Como con culpa voraz, me emborracho sola, para evitar ese

ridículo tan temido de los que me rodean.

Leo todo lo que quiero y puedo, en bares, trenes, aviones

y en cada hueco que se presenta.

Miro series de un tirón, a la hora que se me da la gana.

El cine siempre, el cine de apuro, el cine sin preámbulos.

El teatro, cuando se puede, cuando la isla huele a Rio

de la Plata y las orillas me mojan el alma.

Lo que no quiero es volverme piedra, volverme masa, que

quieran moldearme, les digo que sí, les muestro la hilacha.

Pero no, no me convencen de nada. Porque nací pobre me pongo

siempre al lado del que menos tiene,

porque mis antecesores no tuvieron opción y yo tampoco,

estoy del lado de los que migran.

Porque tengo hijos y se que podrían ser víctimas de violencia, pero

también podrían ejercerla, me pongo en la piel de tantos padres,

sin falsa demagogia, siendo imposible no culpar, como pedir

clemencia, según el lugar que nos toque.

Nada me es ajeno, lo que pasa hoy no lo olvido mañana.

Todo esta ahí, aunque no haya internet que lo pueda comprobar.

La cáscara que dejamos ver en redes, la exposición malsana

a la que nos acostumbramos, quedando desnudos, maltrechos

y frágiles, me ha atrapado como a todos, lo que no podrán

hacer conmigo es que me vuelva masa. Es que no piense

de otra forma, mi mente no se negocia, no se vende, solo

la alquilo por un tiempo corto, cuando no queda otra o lo que

esta en juego es importante para mí, entonces, actúo en mi propia defensa,

que me autoriza a quedarme callada, a no decir nada que

pueda incriminarme, porque a veces, en estos casos,

cualquier cosa que diga puede ser usada en mi contra.



lunes, 13 de junio de 2022

ZAPATILLA DE GOMA, EL QUE NO SE ESCONDIO SE EMBROMA

 

En todo dolor, hay un punto de inflexión, cuando se instala y se hace crónico, nuestro cuerpo se acomoda , le busca un lugar, le hace un hueco y por momentos hasta nos olvidamos que esta ahí, vivo, latente, acostumbrado. Pero, como corresponde a la ley del dolor, cuando ya aprendiste a no cuidarte, a no protegerlo, te vas a golpear justo ahí con el canto del mármol que más lástima, con la foto que te corta con su filo, con la astilla que desprende la mesa de madera donde tomabas la leche y hacías los deberes, con las tiras del delantal manchado de harina, o las asas de baquelita de las cacerolas brillantes de aluminio. El dolor es así, juega a las escondidas en los ecos de la memoria, en los sueños deshilachados y se balancea en la cuna de madera de la niñez. Y uno cuenta hasta cien, hasta mil, para darle tiempo que se esconda mejor, y no quiere cantar salvo. Uno quiere ser digital, positivo, práctico, quiere cambiar los conceptos, esos que los terapeutas te enseñan a modificar, como alquimistas de los sentimientos. Uno quiere esconderse con el dolor, ahí detrás del árbol que nos cobijaba, ahí en esa habitación de sábanas congeladas y almidonadas, en el balde redondo gigante de zinc, a veces bañera, a veces para blanquear los guardapolvos, a veces pileta de natación. No se puede, nunca se va del todo, solo esta escondido y aparece sin aviso, despavorido, ahogado de tanto aguantar abajo de la cama, explota porque ya no tiene más lugar en la caja. Es tan visible, que aunque lo esquives te obliga a cantar, a salvarlo, a salir corriendo y golpear contra la pared, y a decir a que ahora le toca a él buscarte, porque te vas a esconder a llorar a los gritos, a comerte los mocos junto con esas lágrimas que no paran, porque vas a llamar a tu mamá y les vas a alcahuetear que el dolor se escondió y no quiere salir y siempre te hace lo mismo!

martes, 7 de junio de 2022

ESE MALDITO MOMENTO

 

Todo tiene su momento, su lugar, ese espacio justo y diminuto, donde entran todas las emociones, no hay otro similar, aunque repitas una y otra vez las experiencias, como calcadas de un patrón inevitable, aunque te obligues a convencerte de que no es este, si podés respirar con el alma, pensar con el corazón y despegarte volando al ras del suelo, volverá a suceder, ese instante, ese diminuto instante, en que podés percibir lo infinito, sentir como el aire entra y sale, exaltado, galopando, haciendo que te lleves las manos al pecho, para que no se te escape, para que esa sensación de vértigo misterioso que anuncia un vacío de muerte, y te colorea las mejillas, hasta que podés palpar el ardor, y el alboroto se te extiende desde la lengua hasta las puntas de los pies, con esa consciencia de lo efímero, con esa certeza de que vendrá el viento y se lo llevará todo y aún así sujetarte de las paredes, y sostener la envestida, y luego nada, silencio, estás elevándote, y viendo desde ahí todo lo que va venir, el desconcierto que casi se puede tocar, la intuición de que vas caminar sobre la cornisa, esa que es tan finita como la vida, mientras te decís, esta vez no, esta vez tengo paracaídas, se que puedo planear y caer sin lastimarme, que este instante diminuto vale el riesgo, que ya habrá tiempo de pensar cuando pase, cuando caiga, que el viaje habrá valido la pena.

Pero para los instantes mágicos, hacen falta dos, son íntimos e irrevocables, y ya se sabe, que el viento no siempre sopla hacia el mismo lado, y que a veces puede ser tan fuerte y despiadado, que no importa cuánto hayamos ensayado.

Cuando hay que saltar estamos solos, apretando los dientes y ese instante tan soñado, y nos giramos, por las dudas, por si ese alguien está ahí, atento, esperando. Pero no, se fue, se quedo en tierra firme, el instante tan intenso lo ha superado, quizás tanta altura lo ha mareado y ha sabido protegerse soltándonos la mano.


viernes, 29 de abril de 2022

Matar al mensajero.

 

Me niego y me vuelvo a negar, a ser testigo de un amor que agoniza,

conectado a un respirador que se asfixia exhausto, de tanto imitarse,

fingiendo inspirar y exhalar.

Me niego al agotamiento de verlo extinguido, flacucho, enclenque, muerto

de hambre, sin pan y sin vino. Arrastrándose penoso entre mentiras y

olvidos. Me niego a que este amor tan oliente a rosas, se debata entre

hedores asépticos y gasas porosas y me niego a seguir envuelta con él

entre sábanas frías y camas de hospital, con la lengua dormida y con 

sabor a metal en el paladar.

Me niego a descuartizarlo en vida, a practicarle una autopsia, cuando

todavía late, a tirarle puñados de tierra en la boca, viendo como aún

respira.

Prefiero que arda, que se consuma y que las llamas lo doblen, que

duela por lo que fue y que las heridas le recuerden porque no tuvo que ser.

Así, después, se podran guardar las sagradas cenizas en una cajita de

plata y cristal, colgando de un improvisado altar, que mire hacia el mar

con ojos serenos y con libertad.

Sin ataduras, sin insistir en aplicar palas a un corazón, que rechazo ser

trasplantado, y ha preferido quedarse conectado, intubado, pensando

en pedir su última voluntad, imaginando que después de expirar, le será

concedida con lealtad.

Me niego a mirarlo a través de paneles y luces frias, con los ojos

mudos y las manos pálidas.

Por sobre todo me niego a esperar sentada en el borde de la cama, a

que deje de sufrir y no se despierte mañana.

domingo, 20 de marzo de 2022

LA GUERRA DE NADIE.

 

Cuando hablamos de la guerra de nuestras Islas Malvinas, los que hoy tenemos más de 50 años, no sabemos muy bien como enfocarla, si desde un contexto político, en medio de una dictadura que expiraba y que lo mismo un día apaleaba en plaza de mayo a manifestantes, que gritaban a voz en cuello “el pueblo unido, jamás será vencido”, que al otro se alzaba en los balcones de la Rosada, arengando a esos mismo manifestantes, para que combatan y luchen en una batalla campal, desigual, demencial y malparida, con el caliente y patriótico discurso del dictador de turno, que vociferando y envalentonado por el baño de masas, prometía recuperar las Islas, con la valentía pusilánime que le otorgaba un ejercito envilecido de poder mal sano, acostumbrado a ser convincente y obsecuente, no se le movía un pelo al decir, “que vengan los ingleses, no le tenemos miedo, les presentaremos batalla” . Y así la locura colectiva, junto con el espíritu patriota, convergieron para que unos chicos inexpertos y asustados, pero que por primera vez eran tenidos en cuenta y sacados del fondo del mapa, marcharan hacia un destino de desatino absurdo y absoluto.

Todo era una gran kermesse, los medios enardecidos, incitaban al despropósito, las mujeres tejían mantas y bufandas, para unos soldaditos, que en su casi totalidad, venían de provincias como Catamarca, Jujuy Corrientes, con climas antagónicos a los de nuestro Sur, tan gélido y árido como inhóspito, por lo cual esas magras mantas y bufandas tejidas a 2 agujas, (de llegar a tiempo) hubiesen sido una curita, para soldar una fractura expuesta.

Entre tanto nuestros hombres, niños todavía, ateridos de frio y dolor, morían por la Patria, invocando a sus madres a gritos desgarrados, esquivando misiles y bombas con las manos congeladas, hambrientos, solos, heridos, resistiendo. Por ahí y por allá, la izquierda, la derecha, Pinky e Ignacio Copagni, las damas desprendiéndose de sus joyas como en 1810, pero en vivo y en directo, y la sangre inocente manchando las manos de todos. Cientos de adolescentes envueltos en banderas, sin nombre, porque muchos no llegaron siquiera a ser nombrados.

Que pasó? Que nos pasó? En cada uno de estos héroes póstumos, había un corazón que dejo de latir, aún en aquellos que volvieron con vida. No hubo compasión para esas almas dolientes, que quizás nunca supieron porque y por quién luchaban.

Siempre recordaré las palabras de mi padre, aquel 8 de abril de 1982, en una reunión familiar, donde todos alardeaban del orgullo de ser llamados a combatir, él,  un tano del sur, que había sido prisionero nazi y que nunca hablaba de esa experiencia maldita, golpeó la mesa, nos miró y dijo.

Son una manga de imbéciles, no se puede festejar una guerra! No tienen idea lo que es una Guerra!

Y no, no teníamos ni idea.


sábado, 12 de marzo de 2022

MAS QUE NUNCA, NUNCA MÁS.

 

“Quiero saber, siempre habrá una luna de polvo y huesos para mí ,si no he de tener un sol

este será mi último vuelo, en mi última venida a los cielos(.....)

tu hijo es hombre, tiene perros clavados en las ingles, de negras cabezas, sin embargo

pobre te pide a tropezones, ya nada más, un solo día madre (….)

Palabras Escritas por Ignacio Ikonicoff a su madre, luego de haber sido secuestrado el 12 de junio de 1977, junto a su esposa. Tenía 35 años. No hay testimonios de su paso por un centro de detención, están desaparecidos desde entonces. Junto con los poetas, filósofos, periodistas y escritores. Agustina Muñiz Paz, Ana María Ponce. Roberto Santoro, Francisco Urando (muerto en combate) Rodolfo Walsh (secuestrado y desaparecido el 26.3.1977). Entre otras miles de almas.

Sus cartas y testimonios, fueron hallados y recopilados en el año 2005, casi 30 años después de su desaparición.


Durante los años ·70, en nuestro país, el cielo dejó de ser celeste, con nubes blancas, para convertirse en un permanente firmamento plomizo, negro, un agujero infinito, donde cada destello de sol era aniquilado, consumido. Aunque conscientemente, no todos podíamos advertirlo, confundidos unos, influenciados y divididos otros, entre el “algo habrán hecho” y la obediencia debida, creíamos (porque no pensábamos) que la violencia se combatía con más violencia y que la disciplina y el silencio (que era salud) forjaban hombres y mujeres de bien.

Aún en estos tiempos, casi 50 años después o 500 según como se mire, discutimos si fueron 7000 o 30000 los desaparecidos, con tanta indolencia como liviandad.

Pero lo cierto es que a los dictadores, a los tiranos, no le gustan los poetas, ni los artistas, ni los que piensan o se resisten a la intransigencia de lo tangible.

En aquellos años de plomo fueron desaparecidos casi 150 escritores, muchos de ellos poetas.

Será quizás porque las palabras son más potentes que las balas, más convincentes que la tortura y más sanadoras que la medicina. Será porque se puede ametrallar un cuerpo, pero no se puede matar el alma. Será porque la palabra trasciende más allá de la muerte y deja un rastro atemporal que jamás desaparece? Si no fuese tan demencial, tan inaudito y desgraciado, que la humanidad sea inducida a aniquilar su pensamiento, para actuar en masa, en nombre de dioses, lideres mesiánicos o dictadores de turno, sería hasta tierno e infantil, que hombres y mujeres tan poderosos, le teman a los poetas, a los escritores, a los artistas y a cualquier ser viviente, sensible y con pensamiento propio. Que nunca más se acallen las voces de nuestro pueblo, que nunca más cerremos los ojos y el corazón. Que nunca más nos sometan al olvido y nos hagan desaparecer el alma.

viernes, 18 de febrero de 2022

JUEGOS DE GUERRA, ARMAS DE AGUA.

 La cosa empezaba mas o menos así.. Nos agazapábamos en el terraza de mi casa, con cuatro o cinco baldes  de agua, que sacábamos de la canilla del pasillo y subíamos a duras penas por una larga escalera de madera, apoyada en la pared, derramando más de la mitad, antes de llegar a destino.

Una vez allí, solo cabía esperar, la llegada de un transeúnte distraído y Zás , embocábamos de lleno el baldazo sobre la víctima de turno.

A continuación, venían unos gritos despavoridos ,  acompañados de insultos y timbrazos  enardecidos , que mi madre atendía, mientras se secaba las manos con el delantal, ya de muy mal humor, porque interrumpían sus quehaceres. Nosotras ya instaladas en el patio y habiendo escondido rápidamente las pruebas del delito, poníamos nuestra mejor cara de yo no fui, hasta que mi vieja, nos acomodaba los chacras, y la fiesta de la mañana llegaba a su fin.

A la tarde, cuando el sol rajaba la tierra, empezaba la guerra, que como  toda guerra, no tenia reglas, valía todo, mangueras estratégicamente  colocadas, para rellenar los tanques de municiones, correr, embocar la catarata sobre el enemigo, y resbalar por la vereda de cemento despareja y asesina, hasta la otra trinchera.

Nos dividíamos en dos grandes bandos, por un lado los adultos vengativos e iracundos, y por el otro los sub-quince, imparables, invencibles, voraces,  con la adrenalina por las nubes, disparando cataratas de agua imparable,  sin importar el rango  ni la jerarquía, ni las represalias.

Lunes y martes de carnaval, una batalla de dos días, que nos dejaba exhaustos, pero no vencidos.

Los más suertudos, a la noche se iban al corso de Avenida de Mayo, munidos desde su casa con bolsas de papel picado, cortado a mano con hojas de diarios viejos, que servían para casi todo, envolver los huevos, limpiar los vidrios, o de plantillas, para esas zapatillas que nuestras madres compraban dos números mas grandes, para que las usemos un par de años.

Después llegaron las maravillosas bombitas de agua, y esas si, eran munición pesada, especialmente las que impactaban y no explotaban , y si estabas flojo de reflejos, te partían al medio como una granada de mano.

Con el tiempo, estas costumbres fueron desapareciendo, como casi todas las cosas, que nos daban un aire de libertad, y se popularizaron los bailes en los clubes de barrio, donde podíamos ver y escuchar a nuestros ídolos bien cerquita, mientras algún chico, cabeceaba para sacarte a bailar, y los más osados te agarraban de la mano y te llevaban a la pista, a la hora de los lentos, manteniendo al principio una distancia de 1 metro, como anticipando un protocolo, que nunca hubiésemos imaginado posible, poco a poco y tímidamente los cuerpos se acercaban, las manos bajaban de los hombros a la cintura, y si la cosa pintaba, ruborizados y temblorosos, llegaba el beso furtivo y el flechazo, que se sellaba, con la promesa de encontrarnos en alguna esquina.

No sé si todo tiempo pasado fue mejor, pero cuando pienso en el carnaval, mi memoria se llena de imágenes , que si cierro los ojos, todavía me salpican tan fuertemente y me impactan directamente al corazón, como las bombitas traicioneras, que nunca llegaban a estallar, y me descubro llorando, por aquellos carnavales guerreros, por los besos olvidados en cualquier zaguán, y por las promesas de esas esquinas, donde nos íbamos a encontrar.