domingo, 21 de mayo de 2023

LOS GRISES SIN ALMA

 Y entonces todo se tiño de gris topo,

de gris desteñido 

de tan usado y raído

Se convirtió en algo que ni teñido

y vuelto a teñir, podría recuperar

una pizca de brillo, aunque más no 

fuese un negro distraído.

Como esos cielos de nubes plomizas 

que amenazan y no cumplen, que no

se mueven , 

que ni la lluvia los quiere,

porque ya no palpitan.

Todo gris plomo, todo gris topo

en todas las tonalidades de grises,

cobardes, intranscendentes, miserables

tacaños, absurdos, negadores,

que no se atreven, que se protegen

de los arcoíris y los atardeceres.

Grises tristes, fascistas, tiranos,

acostumbrados a esconderse tras las

rendijas, a espiar, a los rojos, a los verdes

y los anaranjados, posándose cuando pueden

sobre ellos, para opacarlos, machacarlos y

quitarles la esperanza.

Y entonces, los grises, los topos, los plomizos

esgrimirán dictadores y elocuentes

que el gris es el equilibrio y la razón.

Gritarán cada vez más fuerte, que es más

duradero, porque si algo les gusta a 

los grises es durar, no andar por la vida

llenos de destellos e inútiles sueños de

iluminar y ser iluminados.

No entendieron nada, dirán los grises, 

argumentando que, clavo que sobresale debe ser

golpeado hasta hundirse en la pared y

ser obediente y domado convirtiéndose en  lo suficientemente

gris, para que  no se sienta destacado.