martes, 19 de julio de 2016

ANIMANAS PARA SIEMPRE



En mi última nota, hace más de dos meses, donde yo era otra, metida dentro de esta especie de mamusca que es mi vida con muchas vidas adentro, escribí sobre la amistad, sobre cuatro chicas anaranjadas quemándose al sol en una terraza de Wilde.
Unos días antes había llegado de Buenos Aires, de un viaje relámpago de diez días, que fueron poco menos que una montaña rusa, de emociones, de tramites, de problemas, de inconvenientes que en ese momento me parecían caóticos, tremendos, injustos! Matizados con la mágica pincelada de presentarme con Agua en Marte en la feria del libro, rodeada de mis incondicionales de siempre, con los que están metidos en ese pequeño circulo que voy modificando con cada viaje, con cada vivencia, con cada experiencia.
Pasaron solo una horas de esa nota, con esas chicas achicharradas a fuego lento, untadas en coca-cola, y obtuve un diagnostico por un episodio raro que tuve al regresar del viaje. Había sufrido un ACV, leve por suerte, que me produjo una isquemia facial (que perdura hasta hoy), quienes han leído mi libro saben que hasta con estas cosas he bromeado y me lo he tomado con sarcasmo, por lo tanto en esa linea de conducta seguí y fui muy camicace a la hora de hacerme cargo, quizás eso fue lo mejor, no parar, no pensar demasiado, seguir seguir por la ruta del salmón, bordeando el Paraná para llegar a Necochea y quejandóme porque el mar era muy marrón.
Entre ese momento y este día, volvieron a pasar muchas vidas dentro de mi vida y dentro de la vida de otra de las chicas anaranjadas.
Esas palabras hablaban de amistad, de complicidad, de risas, de cosas sencillas, de proezas cotidianas, de heroínas de barrio desafiando a unas madres machistas y feroces, y padres que para la psicología actual les cabería orden de alejamiento por violencia de género, de sueños pequeños que se nos antojaban posibles, de secretos y descubrimientos , después, después las chicas, quién sabe porque, quizás porque llegó el invierno,  uno largo muy largo que las blanqueo y las cambió para siempre, quizás porque alguien les hablo de la capa de ozono, del cáncer de piel, o porque simplemente le cortaron las alas, siguieron su camino al ras del suelo, cumpliendo destinos casi idénticos, nacer, crecer, reproducirse y tratar de no morir.
Unas nos revelamos antes y eso logro como en las fotos antiguas, que se velara la foto de nuestra vida, con enormes manchas, con borrones donde se tornó imposible hacer foco, en algunos casos pudimos rescatar los negativos y no siempre fue para mejor.
Imposible no remitir a nuestro pasado feliz, cuando la realidad te da un baño de ficción y supera todas las series épicas, todos los golpes bajos, todos los tópicos y los lugares comunes, hasta la ciencia ficción mas bizarra y las películas de clase b llenas de horribles y deformes moustros, pasan a ser cuentos de hadas, imposible no querer desesperadamente tener la máquina adecuada que permita rescatar esos negativos mal revelados, donde una puerta abierta a destiempo arrasó, deformó y mutilo, con la muerte más puta, mas rastrera, más miserable, la de un hijo, esa para la que nadie nos preparó, esa de la que tanto hablaban los viejos en voz baja, cuando decían “y sí la pobre quedó así después de enterrar a su hijo”
Una de mis amigas anaranjadas tuvo que enterrar a su hijo, hace 23 años,( él tenía 15), con ella y su pala las cuatro CHICAS ANARANJADAS, nos morimos un poco, nos volvimos más blancas, más blandas. Después vendrían más amigas de las amigas, mas vidas, más muertes, que nunca nos encontrarían preparadas, pero sí, por lo menos a mí, se me metería como un mantra, “-si ella pudo seguir, si ella se levantó, yo tengo que seguir, por mí y por ella, por gratitud a la vida que no me forzó a tener que cavar una fosa y enterrarme viva.”-
A fines del 2013 perdí a una de mis mejores amigas, fue y es un dolor que me atraviesa.
El año pasado en el medio de la adrenalina y felicidad de estar editando mi primer libro, absurda mente mientras corría por Palermo otro amigo queridisimo, compadre y marido de mi mejor amiga decidió unilateralmente que ya era tiempo, y otra vez ese dolor, esa punzada constante, ese amasijo de sentimientos que no terminan de cuajar y se vuelven negros velos delante del sol.
Así cuando uno cree que ya es imposible sufrir más, que ya es tiempo del remanso, de festejar la vida, de perdonar y perdonarse, de entender que es una cal y una de arena, la vida le da otra puñalada en el medio del corazón, ya diesmado, ya partido, ya zurcido y vuelto a zurcir, a tu amiga anaranjada, a esa que tuvo que agarrar una pala para enterrarse en vida, a esa que los vientos y los huracanes le pasaron por encima sin piedad, a ella que siguió creyendo, que siguió confiando, que pensó que Dios estaba de su lado a pesar de todo y se aferró a él, aún sabiendo que era un clavo ardiente, y se enzaño y la llevo a tocar el cielo, la llevo a abrazar al hijo de su hijo, a acunarlo y besarlo, a vestirse de abuela con coronas de flores y caminos mórbidos sembrados de pétalos de rosa, la llevo a reír como hacia años no reía y a sentarse a una orilla de la vida a contarle a sus muertos que un nuevo tiempo empezaba, que ser feliz era posible, que las heridas finalmente cicatrizan, estaban, se sentían, pero ya no sangraban.
Y no, resulta que no, resulta que todo esto solo fue posible 16 días, el cielo volvió a desplomarse, el diablo llego sigiloso y mordaz a entregar una pala nueva, esta vez a su hijo, que acunaba con amor desbordado a su niño, a su ángel, a su sicilian-baby.
Silencio- La pantalla de la vida se funde a negro.
No hay mensaje, no hay segunda vuelta, no vuelve a la vida como en las películas, no hay moraleja no hay explicación. El lodo se mete por todas las rendijas y lo empantana todo, el horror desolado no da tiempo ni siquiera para el miedo, para la duda. Nada. Fin.
Este día del amigo, nosotras las chicas anaranjadas ya devenidas en mujeres grandes, en abuelas, en madres que siguen pendientes cada minuto de sus hijos, que ya son  adultos, algunos ya son padres, a uno de ellos a uno de los nuestros, a uno de los chicos anaranjados vino el diablo con la pala y le arrebato a su hijo, a su sicilian-baby, a su chiquito indefenso.
Les esta pasando a ellos, les paso antes, no se a quién hay que pedirle ,no creo en Dios, por suerte, porque ahora mismo me estallaría el cerebro doblemente pensando porque unas buenas personas pueden ser tan brutalmente golpeadas una y otra vez, sin piedad.
Pero ella es mi amiga, es mi hermana, es una parte de mí y sus hijos son también un pedazo de mi ser, por eso desde el domingo que recibí esta terrible noticia estoy en pausa, todo pasa como en cámara lenta, todo perdió importancia, como me paso hace unos meses cuando murió mi querido amigo Daniel y antes con la hermosa María Rosa, me quedo acá a muchos kilómetros, a muchas horas de diferencia horaria, a muchos abrazos no dados. Mañana habrá infinitos saludos, mucha gente festejando, ojalá lo hagan tomando la dimensión de la palabra amistad, ojalá sean capaces de hacer por sus amigos algo más que mandarles un mensaje o decirle unas lindas palabras, ojalá puedan comprender la diferencia entre una red social y una red de amor verdadero.
Para nosotras las 4 chicas anaranjadas y nuestras familias será un día negro y fatal.
Para mí que estoy en pausa, que estoy muy enojada, pero mucho, que me duele el alma, que me retuerzo de bronca, que me siento impotente, será un día, para subirme mentalmente a la terraza de Wilde, abrazar desde ahí a mis chicas anaranjadas y dar gracias por lo que tengo.
Cuando se me pase esta furia, esta locura, este enojo, quizás pueda decirle a mi amiga, que no hay palabras de consuelo que sirvan para palear tanto amargo y absurdo dolor.
Quizás pueda decirle que Santino su sicilian-baby, su adorado nieto vino a este mundo a cerrar un circulo de horror, a unirlos durante eternos 16 días para siempre, como un célula indestructible.
No lo sé, pero ojalá aunque ni yo misma lo crea, ese sea el motivo de este demencial destino que les esta tocando vivir a unas buenas y simples personas.