domingo, 1 de octubre de 2023

Planes para mañana.

 Parece que no hay forma ni manera

de que el ser humano, medio, lineal,

construido a medida en forma milenaria

desde los bastos cimientos de la

religión y el poder, logre de algún modo

simple y sencillo, reconocer el valor de

la vida.

Hemos venido a morir, lo sabemos, 

es la única certeza que tenemos, a partir

del razonamiento lógico y adulto.

Porque un niño adolece de esa constancia

y por eso pasa los primeros años de su existencia

 como un suicida, como un demente sin

consciencia, que no escatima, en demanda, casi

 malvada y osadía, desconociendo el peligro

y descubriendo todo a fuerza de caídas.

Ellos son como nosotros fuimos, y solo son 

vulnerables al desamor, a la indiferencia y más

aún a la sobreprotección.

Esa que los adultos instalamos en forma vertical,

por  su felicidad y la nuestra, sin tener en cuenta

que el niño es feliz, inmensamente feliz, aún con las rodillas 

rotas y 10 puntos de sutura , con juguetes por doquier

o una caja de cartón  llena de ollas y espumaderas,

inventando una canción.

Y gritan y patalean  en busca de nuestra atención,

para que los llevemos a la plaza aunque llueva a cántaros,

y nos metamos con ellos en los charcos, hasta que salga el sol,

Y nosotros, pobre de nosotros, que conscientes de la muerte

tan presente, tan cercana, disfrazamos con paraguas, capas

botas y horarios para todo y para nada,  nuestros miedos

más profundos de que se rompan, y seguimos insistiendo en

 construir niños como

si fueran muros, duros y grises, que actúen   como nosotros

que se les agote la sonrisa del hoy, y piensen   en el futuro,

temerosos de arriesgar , y dejando todo lo bueno  y divertido,

para ese mañana , que ni siquiera sabemos si va a llegar.


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la que modera los comentarios es rubia, sabrán entender, ustedes tranquilos, comenten sin miedo, eso de la moderación es puro cuento, porque además de rubia es ARGENTINA.