martes, 23 de agosto de 2016

DALE QUE VA




Escribe: Kety Mangione
Post. por K.M. 23/08/2016


Hay momentos bisagra en la vida, lo sabemos, lo tenemos claro, los de este lado del mundo, los que hemos tenido la suerte loca de nacer y tener un techo, un plato de comida y hasta en el colmo de la fortuna acceso a la educación y a la salud.
Estoy pasando por uno de esos, desde el mes de mayo pasado, donde como saben los que me siguen (y los nuevos se están enterando ahora) tuve un ICTUS (o ACV) , que resultó ser leve y gracias a eso paso a ser mi bisagra tardía, pero esta vez de verdad, porque si algo he tenido a lo largo de mi vida fue un antes y un después de, muchos de ellos me ayudaron a girar 180º no siempre con los resultados deseados ni en la dirección correcta y muchas veces el viraje casi me tira a la mierda.
Ahora es distinto, porque? Y será porque estoy más vieja, porque me volví inmune a la estupidez humana, a la mía por sobre todo, deje de ser contestaria, de buscar protagonismo con personas (incluso muy cercanas y queridas) ese momento que dura lo que dura un tuit o un comentario de facebook, por sobre todas las cosas, porque ya es imposible encontrar un punto de coincidencia, un término medio, algo que no se vaya permanentemente a los extremos. Ser testigo presencial de frases moralistas emitidas por sabiondos y suicidas a los que uno ha visto allá cerca y hace tiempo, practicar activamente el choreo oportunista en las empresas del estado, el acomodamiento, el ñoquismo, la violencia de género de ellos y ellas y hacia sus propios hijos.
Es muy loca esa mezcla que producen estas nuevas tecnologías y esta loca forma de vivir , de hijos, padres, exces de todas las índoles, de resentidos y arrepentidos, de sonrisas de plástico mezcladas con frases de auto-ayuda, de todos para todos y todos contra todos. Todo bastante choto sinceramente, pero evidentemente necesario.
Alejarme un poco de toda esa participación, por propia voluntad, a veces, lo reconozco, me he tentado, pero viendo que hay tanta gente crispada, agazapada, mal informada, que se tira de cabeza para empezar una absurda polémica, me he llamado inmediatamente a silencio, decía que todo ese tiempo tan preciado que me demandaba la contienda de mensajes y todo lo que tenia que dosificar a la hora de entrar en una de ellas, dependiendo de quién tiraba el primer dardo, empecé a observar otras cosas, muchas horas sola en consultas de médicos de todo tipo, y sin poder hacer lo que siempre hago, que es leer, (la isquemia facial no me lo permitía) me hacia revisar el teléfono una y otra vez, en busca del museo de novedades, pero 5 minutos sobraban y ahí uno entiende un poco la importancia de los limites, y la maravilla que es poder reconocerlos.
Pero no es este el tema en cuestión, es solo que vuelvo en forma recurrente, porque no deja de asombrarme lo que somos capaces de hacer, machacados hasta el cansancio por los distintos comunicadores de turno.
Lo que en realidad note es la innumerable cantidad de veces que estoy apurada sin motivo alguno, que me siento incapaz de esperar mi turno en un lugar, aunque no tenga absolutamente algo mejor que hacer, la enorme necesidad de devorar el tiempo, que de por sí se va sin que lo echen y no vuelve cuando lo llaman. Me di cuenta que una de las palabras que repito (repetía) al día, con mis nietos, es DALE, lo digo sin pensar, automáticamente, sin motivo, solo en contadas ocasiones es necesario, les digo dale entren, dale salí del baño, dale vengan a merendar, dale ponete los zapatos, dale toma la leche y así podría seguir con una interminable cadena de DALES, que por otro lado me digo a mi misma, aunque no en voz alta, me apuro para desayunar con mi dale interno, para ir a comprar, lo digo cuando paseo a mi perro, -dale Pilu hace caca, dale Pilu entra-, cuando contesto un mensaje en señal de aprobación digo DALE y me lo estoy cuestionando que ya es algo, por lo menos ahora en estos momentos y estos días soy absolutamente consciente cada vez que lo digo, y reculo, busco otra manera, quizás estoy llegando tarde a todos lados, no mucho, unos 10 minutos tarde, cosa que antes me parecía imperdonable, pero es el tiempo que tarda mi nieta mayor en querer amarrarle la cuerda al perro, o mi nieta pequeña en ponerse ella sola los zapatos, cambiados de pie, pero solita, o el que yo misma pierdo en volver a entrar a casa porque en lugar de tener todo controlado, me olvido la billetera o los anteojos de ver de lejos o los de cerca, o los dos.

Lo que tiene de bueno es que no entro puteando, voy y los busco y ya está.
Y si bien siempre priorice a mis amigos y familia, ahora tengo un ritmo de prioridades distinto, llamo a los que me llaman, le escribo a los que me escriben y llamo y le escribo a los que siento que más lo necesitan me llamen o me escriban ellos a mi.
Parece ser que estar en el corredor de la muerte, aunque vivito y coleando, si zafas, tiene sus ventajas, aunque 3 de 4 días seas la de siempre, y corras aunque no haga falta, y digas dale dale, y hagas un esfuerzo enorme para no contestarle a un montón de masa humana que no entendió nada, que les pasa de todo y todo no sirve para que bajen un cambio, que no se cansan de decir una cosa y hacer otra, que nunca se paran a pensar que le hacen a los otros todo aquello que a ellos le molesta.
A estas alturas, no sé, un metro ochenta por lo menos o cuatrocientos sobre el nivel del mar, algo habría que aprender, no se, a no ser hipócritas o a no publicarlo, a reconocer los limites de lo que es publicable, a darse cuentas que no somos eternos, que no es necesario irse a tierras lejanas y ayudar niños mutilados, que basta con empezar con los nuestros, los propios, los necesitados que tenemos cerca, educándolos bien, dándole apoyo, confianza, mostrándole el mundo real, dándole herramientas para decidir y elegir y por sobre todo predicando con el puto ejemplo. No hablo de perfección. Solo hablo de cosas pequeñas, de poder apoyarnos en argumentos válidos, sin exagerar, sin caer en la cosa trágica, -yo a tu edad.-!!.....solo relajarse, solo ser conscientes de lo efímero que es todo, que nos acostamos en abril y nos despertamos en agosto y con el mismo argumento, que nos escondemos y refugiamos en nuestras absurdas creencias, políticas y religiosas para justificar casi todo, y que nos sonreímos casi triunfalistas cuando se cumple el peor pronostico, pero que nosotros mismos hemos sostenido y apoyado, como si ese cumplimiento de horror fuera el pase a un túnel inmundo, lleno de lodo y alimañas, que por el solo hecho que lo hemos vaticinado, no nos mancha, ni nos toca.
La memoria, la bendita memoria, tan sabia como la naturaleza, hace que recordemos con precisión casi milimétrica algunas cosas y borremos otras como si nunca nos hubiesen ocurrido. Creo que tiene que ver precisamente con el opuesto a lo hoy tenemos como modo de vida, la inmediatez, la saturación de información, que en general consumimos en soledad, hace que no registremos, solo miramos, en ese mirar obviamos detalles, no contextualizamos, no vemos y entonces no recordamos. Sin embargo un adulto puede recordar hechos puntuales y recrearlos con el solo hecho de pensar con quién estaba cuando ocurrió, el otro, los otros son parte de nuestra memoria, los sentidos, todos, nos llevan a rememorar  y a recrear, con los olores, los sabores y la voz, eso que cada vez se va perdiendo más con el dale, dale. Los chicos nos muestran hasta los 8 o 9 años la necesidad de hablar, de contar, de inventar, recuerdan las cosas que han compartido y así aprenden, imitando, recordando, contando, somos nosotros los que los anulamos, los que le decimos dale, dale, con y sin motivo, los que estamos apurados para morirnos, para que ellos sean grandes, para jubilarnos, para que lleguen las vacaciones.
No sé si esto que me pasa será temporal, y después empezaré otra vez a olvidarme de no apurarme, no se si dejare de observar y volveré a arremeter en las redes sociales a perder un tiempo precioso, a exagerar en lugar de usar, a exponerme buscando una compañía y una contención, que solo obtengo de unos cuatro gatos, tan papanatas como yo, que seguimos llamando por teléfono, mandando correos y buscando darnos la mano que nos saca de los abismos de soledad que supimos conseguir.
Por lo pronto cada vez que digo dale, y me doy cuenta, paro en seco.
Mis nietos me están enseñando siempre, el mayor cuando me ve desbordada me dice LABU, no seas aburrida, tú no eres aburrida, la mediana me enchufa a 220 y siempre tiene un elogio pícaro para levantarme el ánimo y la chiquita basta que me queje por algún dolor y por algún golpe y ella corre y me besa así sea el mismísimo pie y después me pregunta, ta mejor?
 Se puro? Y nunca dice dale, dale.



11 comentarios:

  1. Cristian Ruffini. EL UNIVERSAL.miércoles, agosto 24, 2016

    Genial Kety. De eso es de lo que venimos hablando hace un rato ya. Bienvenido ese baño de sinceridad y de reacción. Aquí y ahora, y que el tiempo es un invento.

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  2. Ana Maria Castelli. Avellanedamiércoles, agosto 24, 2016

    Es muy buena refleccion, lo difícil es poner en práctica, no porque podamos, sino porque creemos que lastimados al otro, en realidad habría que priorizar nuestra necesidad, me encantó leerte amiga, no sabes lo que te entiendo, te quiero mucho!!!!!!!

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  3. Mabel Mangione. Congresomiércoles, agosto 24, 2016

    Hay tiempos y modas como la de ahora que es a través de ciertos silencios pero ellos también comunican y a veces esta bueno tomar un.poco de distancia para saber que estamos queriendo hacer con nuestras vidas más que con nuestro tiempo. Abrazo hermana

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  4. MARTA ADAMI. Once. CABAmiércoles, agosto 24, 2016

    Kety asi de real es lo que acabas de expresar, no se si a alguien le sirva mi manera de manejar últimamente esta vida mía, pero lo que hago es hacer y mirar todo desde afuera como si le estuviera pasando a otra persona. Eso me ayuda a tener otra perspectiva y tomarme mas tiempo y reducir los DALE. TE QUIERO CUIDATE

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  5. Ema G Heller, Cabamiércoles, agosto 24, 2016

    te entiendo kety pero aesta edad es dificil cambiar solo el afecto sera eterno beso

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  6. Mirta Morales. Villa Pueyrredon. CABAmiércoles, agosto 24, 2016

    digas lo que digas, y hagas lo que hagas siempre seras Kety Mangione, como decia mi abuela..... "con la marca de calidad en el orillo "

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  7. Sandra Sasso. Avellanedajueves, agosto 25, 2016

    Genial...!!!! Me mato...entre muchas frases..."el museo d las noevades.." DIOSA..!!! Lovius.

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    1. lo del museo de novedades se lo robe a la Beruit (el tiempo no para)

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  8. Marcelo Ruffini, Congresojueves, agosto 25, 2016

    Creo que el mayor desafío en la vida es, por más que parezca una frase hecha, tratar de vivir cada día como si fuera el último.
    Pero creo q a la mayoría nos pasa que necesitamos un aviso para tomar conciencia y valorar las pequeñas grandes cosas del día a día. te quiero

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  9. Pato Salgado.Mejicodomingo, agosto 28, 2016

    Que tenemos que aprender? Somos muchos los DALE, a veces creo que es algo nuestro.... el acelere, soy así, tal cual acelerada los minutos me comen , se me hace tarde para que ????? vivir, limpiar, cocinar, mientras la vida se nos escurre entre los dedos, la vida nos enseña si o sí. Ojalá aprendamos un poco que ese DALE nos lleva a lugares, cosas y situaciones, a perdernos cosas o tal vez a perdernos nosotros mismos. Un abrazo DALEEE.

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  10. Soledad Ayala Fernandez, SON SERVERAdomingo, agosto 28, 2016

    enga,venga,venga...veeeenga ,eso uso yo.
    Muy buena nota, y en pleno agosto...me encanta!
    Llevo 2 dias desde que la lei parando antes de decir venga...venga que? Si no hay prisa de nada.
    Es aqui y ahora y cada dia gracias en parte a ti soy mas consciente.
    Espero que estes bien de salud .
    Todos mis buenos pensamientos y sentimientos para ti

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la que modera los comentarios es rubia, sabrán entender, ustedes tranquilos, comenten sin miedo, eso de la moderación es puro cuento, porque además de rubia es ARGENTINA.