lunes, 5 de abril de 2021

Apenas otoño

 

Aquel otoño, donde temerarios e inconscientes, hacíamos

crujir las hojas bajo nuestros cuerpos, sin más atuendo que la

esperanza de que todo fuese un sueño, quizás porque era eso

lo que nos atravesaba, la desnudez de los árboles, esos

primeros vientos traicioneros, que nos resistíamos a aceptar,

porque la piel todavía olía a verano, porque abril tan tirano, tan

honesto, tan valiente, dejaba todo al descubierto, menos la

cobardía, menos las mentiras. Entonces el maquillaje urbano se

caía a pedazos y nosotros trémulos payasos tristes, insistiendo

en no verlo.

No podíamos y no entendíamos que nuestras ramas tenían que

ser cortadas y nuestras raíces trasplantadas para volver a

florecer, que no hay paraíso perdido que contenga a dos almas

que se amaron en otoño, pero no se atrevieron a mutar, que no se

animaron como el limonero, a perder la cabeza y soportar la cal

viva en el cuerpo, para sobrevivir durante el invierno, a levantar

el suelo con la fuerza de su rebelión, a exponerse a la intemperie

sin más abrigo que la incertidumbre, con la osadía de ir dejando

el equipaje, viajando hacia el sol, con la fuerza de amar, de perdonar

al viento de agradecer la visita de la lluvia, que no es más que

alivio fresco, para tanta herida abierta.

No fuimos capaces de entender, que los atardeceres de otoño llegarían

tan pronto y nos encontraría con las ramas débiles, con los huesos rotos

echando raíces que ya no se animan siquiera a levantar el suelo y

romper el cemento.



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la que modera los comentarios es rubia, sabrán entender, ustedes tranquilos, comenten sin miedo, eso de la moderación es puro cuento, porque además de rubia es ARGENTINA.