jueves, 25 de enero de 2024

LA MECHA CORTA, Y EL HUMOR INTACTO.

 Cosas tontas y no tanto, que me sublevan en  en esta etapa casi anarquista de mi vida, que nuca hubiese imaginado que iba a soportar o callar, las miro con lupa, por si encuentro algún rasgo mío en ellas, para poder extirparlo a tiempo, no siempre lo logro, pero de verdad lo intento.

Son cosas chiquitas, que me incordian, como ese trocito imperceptible de comida que se mete entre los dientes, y no hay imagen o conversación, que nos pueda distraer de esa incomodidad. a saber:

Los que ponen comillas, escritas o marcadas con los dedos, muchas, tratando de hacernos entender algo que parece no entendimos, o algo que solo ellos saben bien, y nosotros ni idea. Los que gritan escribiendo, todo en mayúsculas, los que preguntan pero no te dan opción a la respuesta, los que te hacen después de no verte por mucho tiempo un multiple choice, los que piden un favor y lo acompañan de si no podés no importa, cualquiera que no sea mi nieto que me llame abuela, los que transforman tu anécdota en la suya, 

los que van a comer y piden la cuenta por separado, los tacaños que no admiten que lo son, aquellos que no le alcanzan los platos a los que los atienden, y dejan propinas miserables y obvio los que no dejan propina. Los que cuentan historias no vividas, los que buscan la palabra olvidada y paralizan la charla, los optimistas con lo ajeno, y los que hacen cuentas del rendimiento de cualquier negocio, que no es el suyo, esos que te dan la mano, como si estuviesen tocando caca, los que comen y hablan en diminutivo, esos me desquician,  Los que no saben su número de documento, los que pronuncian mal los nombres y los apellidos, (en la misma lengua )  los que se mimetizan con el lugar de turno, los que pierden el acento, los que saben todo de todo y de todos, los que no hacen el menor esfuerzo por adaptarse, los que dicen vengo y están yendo, los que anteponen el me, (el nene no me come)  y ni hablar de los que dicen me se y no se me..ufff esos si me desatan bajos instintos, y los que chapean profesión.

Pero por sobre todas las cosas detesto al mentiroso que se cree sus propias mentiras, esos seres que no entendieron, lo fascinante de una mentira, que sea creíble y que solo nosotros  sepamos que no es verdad, y tengamos el buen tino de saber como y a quién contar.

Ya tu sabes, algo que ni google pueda demostrar,

 

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