jueves, 16 de diciembre de 2021

Un baile de navidad.

Don Francisco, era un hombre solitario y tristón, un poco casca rabias, hablaba con acento en la é, pero nadie sabía de donde provenía, caminaba rápido, pero sin apuro y no se llevaba muy bien con nadie, ni muy mal con ninguno. Era un hombre fácilmente distraído y a veces hasta olvidaba lo que había salido muy dispuesto a hacer, y no sabía si ir rumbo a la farmacia y o al almacén. Pero lo que nunca dejaba de hacer y no se olvidaba, era de  sentarse en un banco de la plaza, pasado el mediodía, para ver salir a los niños del colegio, tan pintorescos, tan histriónicos. Así vió, como a una niña, preciosa de finos y negros cabellos, se le escabullía, de la mochila, de una forma muy rara, un sobre con brillantina, de vivos colores, corrió para alcanzarla, pero la niña desapareció dentro de un lujoso coche, conducido por una mujer, que a él, se le antojo de fábula. Se quedó con el sobre en la mano y no supo que hacer, incómodo, como si lo hubiesen invitado a una boda, donde no conocía a nadie, miró hacia todos lados como un espía, que no quiere ser descubierto. Abrió el sobre, tenía una carta dentro, escrita con letra diminuta y despareja, alegre y saltarina, que decía. Querido papá Noel (aunque sé que no te llamás así), porque, que nombre es ese? Esta Navidad no quiero pedirte juguetes, ni nada de eso, tengo muchos, no los uso y ya casi no caben en mi habitación, y lo de que mis padres no trabajen tanto, bueno tampoco, ya están grandes,  que  hagan lo que quieran, o pidan sus propios deseos no? Lo que quiero, es celebrar un baile, un baile de niños en mi casa, que hay mucho lugar, y seguro vos sabrás como hacer para reunir a un grupito divertido, si querés podés fijarte en el patio del colegio, hay 3 chicos y tres chicas, que siempre andan juntos, se rien de todo, se gastan bromas, tienen como música dentro, son desgarbados los chicos, y las chicas andan siempre a medio peinar, se pasean con atropello y se convidan meriendas hasta reventar, los vas a identificar seguro. Eso quiero, me lo podrás traer? Gracias. Firmado YO. Se quedó varias horas con la carta en sus manos y pensó como devolverla, pero no encontró el modo. Así pues la niña, cuando su madre le preguntó, si había echado la carta al buzón navideño, dijo que no, porque Papá Noel, ya se la había llevado. El día 24, cuando estaban reunidos, frente al árbol, alguien golpeó varias veces la puerta, ella corrió presurosa, diciendo es para mí, es para mí. Al abrir se encontró con el puñado de niños, que tanto alegraban sus días escolares, cada uno portaba un instrumento artesanal en sus manos, mientras gritaban a coro venimos al baile, venimos al baile, y se adentraban como pancho por su casa, al son de una música estrafalaria, al mismo tiempo que improvisaban un trencito, al que ella se acopló alborozada, extasiada, encantada y tan feliz que le faltaba el aliento. La puerta había quedado entre abierta, cuando se giró, vió como Don Francisco, devenido en un extraño Papá Noel, se marchaba lentamente.. Corrio a su encuentro, lo abrazo muy fuerte y le dijo GRACIAS!! Siempre supe que eras vos!

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